En el último tiempo, han salido a la luz una serie de irregularidades que involucran a médicos otorgando licencias sin fundamento y trabajadores que se benefician injustificadamente. Ante ello, cada día se hace más necesario para los empleadores tener claridad de las herramientas legales y administrativas para afrontar estas situaciones.
Nicolás Kahn M.
Desde hace varios años ha cobrado relevancia el otorgamiento y uso indebido de licencias médicas, ya sea por carecer de fundamentos médicos adecuados o no darse cumplimiento a los reposos establecidos en ellas. Sea cual sea el escenario, este uso irregular ha ido en crecimiento, especialmente durante la emergencia sanitaria que acontece desde marzo del 2020.
En virtud de lo anterior, para las empresas, independiente del tamaño, se ha generado un costo adicional traducido en la búsqueda de reemplazos, su mantención y los consecuentes gastos asociados al término de toda relación laboral eminentemente transitoria.
Desde una óptica general, no se habla solo de un desgaste económico avaluable en dinero, sino también de un desgaste inmaterial, propio del área de recursos humanos que se enfrenta cada vez más seguido a la necesidad de reclutar nuevos candidatos y postulantes para llenar el vacío que dejan los colaboradores con licencia médica.
Motivaciones tales como vacaciones encubiertas, evitar ser despedido o tener trabajos secundarios estacionales (cosechas y sector agrícola, por ejemplo) son solo algunas de las ocasiones en que surge el fenómeno de las licencias médicas espontáneas y sin razón aparente.
No se trata de cuestionar la validez o necesidad de los trabajadores que legítimamente deban hacer uso del reposo total o parcial y gozar de los subsidios estatales. Se trata más bien de entender cómo guiar los eventuales reclamos administrativos frente a momentos en que existan fundadas sospechas de alguna irregularidad asociada a las licencias médicas en uno de los siguientes escenarios:
- El médico que otorgó la licencia no ha tenido fundamentos para hacerlo.
- El trabajador no está respetando el reposo total o parcial asignado.
En la primera hipótesis, esto es, cuando existieren fundadas sospechas de que el profesional médico ha otorgado una licencia en circunstancias de que no hay fundamentos para ello, se puede realizar una denuncia en contra del emisor de la licencia a través de la Superintendencia de Seguridad Social (“SUSESO”). Este camino permite que la autoridad competente logre detectar a tiempo a las médicos que abusan del sistema de subsidios estatales.
En la segunda hipótesis, esto es, cuando el empleador toma conocimiento que el trabajador no está respetando el reposo establecido en su licencia médica, se puede realizar una denuncia por escrito en contra del trabajador ante la Comisión de Medicina Preventiva e Invalidez (“COMPIN”) por escrito, adjuntando todos los antecedentes que permitan concluir el incumplimiento constatado.
Ambos caminos, si bien no implican la posibilidad de poner término a la relación laboral, permiten indirectamente poner término a las malas prácticas que involucran licencias médicas con patologías simuladas. Con esta solución temporal, se remueve el principal incentivo que radica en el subsidio económico mientras dura el reposo, pues ¿qué sentido tendría ausentarse del trabajo sin pago de remuneración?
No es novedad esta situación, considerando que durante el año 2021 trimestralmente las Isapres reportaron pérdidas asociadas a la gran cantidad de licencias médicas, aumentando los costos en más de 30% en comparación al año 2020 e incluso informaron pérdidas por más de $ 130 mil millones de pesos.
Ante la falta de legislación y fiscalización al respecto, los empleadores no tienen más opciones que las ya descritas ante la SUSESO y ante la COMPIN, con la finalidad de desincentivar estas malas prácticas y disminuir la cantidad de licencias médicas sin fundamento o con fines alejados de su objetivo central. Esta actividad tiene, en definitiva, una doble función: /i/ por una parte, evitar el engaño y el abuso del sistema de licencias médicas, con los costos que ello implica para el empleador y el mismo sistema, y /ii/ por la otra, contribuir a evitar que el sistema falle frente a casos reales que efectivamente requieren de licencias y apoyo económico por período extendidos. Una actitud proactiva en esta materia, en definita, puede contribuir a la mayor eficiencia del sistema de licencia, fortaleciendo también su función de ayuda social. El pilar fundamental para ello es fortalecer una ética del uso correcto.